Rozen Maiden-Jade Stern & Lapislázuli Stern

Kyaaa estoy con la inspiración por las nubes y para demostrarlo, os quiero dejar con el despertar de las gemelas *W*
Me inspiré mucho y ojalá os guste tanto como a mi desu!!

Jade Stern & Lapislázuli Stern

Cuando ellas fueron creadas por Rozen, supieron que siempre estarían juntas, cuando Alice se rompió y originó a las únicas gemelas de la colección, no pudieron separarse por nada. Apodadas bajo el nombre de las muñecas jardineras, Suiseiseki y Souseiseki,permanecieron encantadas frente al embrujo de una permanente lucha entre ellas.
Creadas en aquella mansión blanquecina, de extensos jardines con rosas que perfumaban el ambiente, ellas dos descansaban, no sabían el momento en el que iban a ser despiertas.

La primera de ellas en ser despierta de un sueño que parecía no tener fin, Suiseiseki, de un rostro de pálida tez de porcelana, suave, y dormido, de largos cabellos castaños y ondulados que partían en dos, decorado con un perfecto y detallado pañuelo blanco y crema que descansaba sobre su cabeza, de su frente colgaba un flequillo rebelde, su cuerpo estaba vestido por un largo vestido de color verde pino, detallado con lazos negros, tanto en las mangas, en los bordes que hacían capas en él mismo, y en el corsé negro que llevaba, en su pecho, llevaba un atuendo blanco detallado del que su cuello pendía un lazo negro, del final de las mangas del vestido, sobresalían lo que eran unas mangas de color blanco tambien con una cinta negra y en sus pies, unos botines marrones.

Un hombre de cabellos rubios y ojos azules entra a la habitación en la que las dos descansaban bajo la atenta mirada de otras muñecas que ansiaban ver su despertar, fija su mirada en la muñeca de vestido verde y se acerca a ella, hasta quedar enfrente suya en una silla tallada en madera de pino, su mano llevaba una llave dorada, quien sería la encargada de despertar a la muñeca de aquel sueño. La abrazó de manera dulce y la atrajo hacia él con sumo cuidado e introdujo en su espalda la llave, haciendola girar varias veces hasta quitarla y guardarla en sus bolsillos, se echó para atrás dejándole espacio a Suiseiseki para que caminara una vez estuviera despierta.

Su cuerpo empezó a temblar y a moverse descontroládamente, su cabeza ladeaba haciendo un sonido similar al de los engranajes hasta quedar de frente y comenzando a abrir los ojos léntamente dejando ver el izquierdo como el rubí y el derecho como la esmeralda, brillando de una manera que desprendía inseguridad y sorpresa. Bajó lentamente de la silla subiendo con dificultad sus brazos y llendo despacio hacia el hombre de rubios cabellos que extendía sus brazos hacia ella mientras sonreía. Al fin estuvieron uno frente a otro juntándose en un abrazo lleno de felicidad, o al menos eso le pareció a la pequeña. La tomó en brazos hasta llevarla a otra parte de la habitación donde se hallaba su otra mitad, la mitad de una naranja entera, aquella a la que ahora llamaría Souseiseki, su querida gemela.

Se limitó a observarla sin querer perderse un solo detalle de la que en ahora en adelante sería su gemela. Se hayaba en una silla idéntica a la que estaba ella sentada, también descansando con la misma tez de porcelana, su rostro aunque parecía dormido, era más serio aunque eso no quitaba que sus facciones fueran casi iguales a las de ella, su corta melena castaña-cereza hacía que sobresalieran dos mechones y en su cabeza se hayaba un sombrero de copa negro con una cinta azulada y de su frente colgaba un flequillo rebelde igual al de su hermana. En la parte de arriba llevaba una camisa elegante azul marino junto con un atuendo idéntico al de ella misma también con un lazo negro que pendía de su cuello, de su camisa sobresalían tambien unas mangas blancas aunque, estas no llevaban las cintas sino, que estas estaban sujetas con botones. Sus pantalones llegaban hasta sus rodillas también de un tomo azulado y de sus rodillas sobresalían unas mayas blancas y en sus pies unos botines también marrones.

Aquel hombre le ofreció darle cuerda a lo que ella le miró sonriendo y asintió sin dudarlo, tomó la llave entre sus manos de porcelana y esperó un poco a estar lista, algo nerviosa e introduciendo aquella lave en su espalda haciéndola girar varias veces y quitándola dejándola sobre una mesa mientras que corría a ponerse frente a la otra aunque algo más alejada esperando impaciente su despertar hasta que alfin abrió sus ojos, el derecho como la esmeralda y el derecho como el rubí al contrario que Suiseiseki.

Posó su mirada en la muñeca de vestido con gesto serio aunque en sus ojos podía notarse el entusiasmo y la ilusión al ver a alguien que era semejante a ella, se levantó de la silla elevando sus brazos hacia ella de la misma forma que la otra lo hacía sonriendo con algo de nerviosismo, aunque no tanto como al principio, su rostro se iluminó cuando estuvieron una frente a otra tomadas de las manos y Souseiseki le dedicaba una sonrisa segura, que ella misma tradujo como "no me alejaré de tí, ni dejaré que nada te suceda". Solo entonces se escuchó la voz de aquel hombre, dulce.
-Mis pequeñas mellizas, mis niñas.-Decía mientras se agachaba y las cubría en un abrazo reconfortante.
Rato después de estar los tres, "padre" salio de la estancia dejando a las gemelas solas llenas de una gran felicidad que no podían expresar con palabras.
-¿Estaremos juntas siempre verdad desu?.-Preguntaba tomando a la del sombrero de la mano mientras le miraba directa a los ojos.
-No solo te lo prometo, te lo juro.-Decía con un tono serio, propio de Souseiseki a la vez que sonreía de forma casi visible a los ojos de su hermana mientras la envolvía en un abrazo.-No me alejaré de ti.-Dijo en su oido como un susurro a lo que Suiseiseki respondió al abrazo mientras dejaba caer su cabeza sobre el hombro de ella.
-Siempre juntas desu Souseiseki.-Dijo en un susurro apenas audible, aunque lo justo para que la otra lo escuchara.
-Siempre, Suiseiseki, siempre.-Dijo la otra de la misma forma.